lunes, 19 de febrero de 2007

memorias de un atardecer




















Y cuándo se encenderá el firmamento?
Espero siempre al atardecer
con esa calma desaforada.

-Veo iniciarse con denominada iridicencia
el pernoctar de las llamas-

lamiendo magistralmente los contornos
las siluetas y los perfiles ocultos.

Y cuando se encenderá la cuesta
la cima y el recodo de las masas celestes
y así incinere el acto simbiótico de una vez por todas?

Y cuando?
Me pregunto;
se liberará el pelicano de su larva
y caiga tambien humeante
sobre la ostra íntima de este atardecer...

Cuando?
se producirá el final de esta secta de horas
y muerda con fuego los alicantes y el puerto,
cuando sera el sepelio de este sol
que adoro cuando nos tuesta con su costura de amaranto?

Cuando quedará satisfecho el paladar oculto
de un guijarro de nubes que a distiempo
enamoran el lado indeléble de mis fascinaciones?
Cuando arderan las plumas y en acto de inmortalidad
se esfumen los patos?

Al vello capilar le da insonmio
y su sombra reflejada por mi pellejo casi calcinado
también hereda esa secreta muerte cutánea.

Cuándo me pregunto?
Cuando?
se liberará indiferente
un hipido de brillo y encienda mis ojos de un tajo,
Para que el tiempo
omita las secuencias que aparean mis huesos
por la rúbrica secular que se repite inédita
en los atardeceres...
Cuándo?

Miami, Florida.

Jose Joel Rios
Copyright © 2004-2007

2 comentarios:

Sidel Zeissig dijo...

Pues nada paisano... solo un enorme placer viajar por sus letras.

Siempre me voy de aquí sonriendo.

Un abrazo enorme.

Luli dijo...

Todo se hace obvio, como cuando uno omite una palabra porque da por sentado que ... del otoño, cada mirada se derrite en una palabra que significa invierno.

Genial