miércoles, 7 de mayo de 2008

la ciudad de las manos


Haré que mis cenizas
vuelvan a crecer
que mis dedos
se identifiquen con el pasto
al arañar la vida desde la raíz
para que me rescaten de los fuegos
y del frío sin definir

que las fosas me hablen
en secreto
denunciando la labor de mis cosas
por lo frugal de lo que se pudre
desde la carne hasta la ciudad de nuestras manos
que los gusanos inventen historias
sin hablar
y repten sus talones sobre mis labios
y me abran el pecho en dos corazones

que las cruces injerten su madera
por las cuencas de mi pacto

y en secreto ultrajen la médula
por los pedazos de mi cajón

tu dirás que al hablarte
no digo nada y que al leerme
suena como lánguida sociedad
nada más digo
ayúdame a cruzar al punto de no retorno
donde te desprenderás de mi franqueza
y del modo exacto de mi fragilidad
como trampa bajo una luna llena

solamente te llevo
al extremo donde me dejas
sin tu aliento y tus desprecios.

Aunque sea imposible respirar ahí en lo oculto
sé que la tierra no me negará
un pedazo de su amor

Cudahy, wisconsin