sábado, 28 de agosto de 2010

Composición etérea ( o mortandad de perros )


La nostalgia es para mí,
un hilo que se rompe
en el extremo más fuerte.

Es como una ola:
La cresta curvilínea, su ondulada petulancia
se levanta, se enrolla... y se estrella.
El consuelo final: Espuma.

Es el concepto de una uva escogida
ovulando cosechas en: Sauvignon, en Chardonnay o Merlot.
Final: El cáliz, el sacerdote y el trago.

Es la herida consagrada,
con la ponzoña del amor y el apego.
Es esa abertura que deja en el alma
en proporción ilimitada por donde se escapan:
La pasión, la ira y la impotencia.

Es el campanario sin péndulo
donde repica una nota exquisita de dolor.
Es el rocío etéreo disfrazado de lágrima
que cae sin festejos, por madrugadas lánguidas y heridas.
-Que cae porque es tiempo de recordar-

Es tiempo de amilanarse al espectro furtivo del amor.
Al índice de la soga y del epitafio,
al extremo del sepelio; la oda de los cuchillos, la navajas
y de las balas.
Es tiempo de romper en mil pedazos el corazón y los poemas,
las fotografías del matrimonio, lo cursi del sollozo.
El epílogo de la historia.
Y consagrarlo en un suicidio.

-Es la sangre de hombría que se coagula por ventrículos de desamor-
*(O es la ineficacia afectiva del perro. - Por eso solo tendrá concubinas?-)*

La nostalgia para mi tiene dos componentes:
la cicuta y la vasija.
Más no se bebe por nostalgia, si no porque la nostalgia nos hace líquido y trizas.
-Y como algunos tenemos instintos caníbales.
" Nos mordemos el alma y nos bebemos el llanto"-

*Benditos los irracionales que no tienen alma,
si no... hubiese un diluvio peremne de nostalgias y una mortandad de perros.*
La nostalgia es para mí:
Un hilo que se rompe en el extremo más fuerte...

Milwaukee, Wisconsin.