viernes, 17 de septiembre de 2010

líquido verbal


Me has llevado
hasta el fondo del cenagal
y a las dagas del paraíso.
Hasta las fauces del
drogadicto que asume un fenómeno
sin identidad.
El alcohólico que repta
por las calles y sabe quien es.
(pero toma para olvidarlo)
-Junto con tu verdad-

Beber es mi palabra; y
el éter de mi boca se libera,
reorganizando euforias por mis venas.
Desorientado a mis pies por esa gloria artificial;
donde puedo llamarte historia
o simple trago que ingerí gota a gota
sin temerle al vicio de perderte.

Fuiste mía como una copa de celos,
una parte del ego donde nos quisimos con precisión
hasta ingerirnos por nuestro asiduo elemento.
Como el liquido que nos moja en Mayo
o al cruzar cualquier tormenta.
(Estrujando al corazón de pies a fiordo)
Me has llevado hasta el fondo de tu gloria.


Boston, Massachusetts.