Y me hicieron de piel y no de barro,
me dieron dos extremidades en lugar de alas
unas manos torpes en lugar de garras,
me hicieron adicto al aire y no al agua
por donde se agrupan mis ojos
y se arrastra esta materia vulnerable al tiempo;
un color sepia se adivina por mis cuencas
y el epicarpio de este fruto de carne
perfila un melodrama de dolores
que empiezan a fruncir la existencia.
Mis verdades fueron vociferadas mil veces
y los abismos se rindieron bajo mis caidas inútiles
rompiéndome la monotonía y dos o tres dientes.
Mis frustaciones, veneno dulce y salado,
agua y pan para esa hambruna de lecciones
racionadas en letárgicas faenas.
Tengo dos costillas rotas que apenas remiendo
acá en mis íntimas ambiguedades.
Hoy me puse hacer recuento
de la relativa existencia que me mantiene erguido
y en posición de hombre tolerante,
( con sinónimo de prehistórico eslabón )
soy sometido a la impresición de mis pasos
como un marino atando cabos sin mar, ni puerto
y menos balsa.
Hoy hice recuento
de todo el sedimento que mi vida ha arrastrado
y basado en mi matemática imperfección
creo que conté:
que el existencialismo me ha dejado hasta la fecha
cuarenta y tantas cicatrices y unos meses.
Columbus, Indiana
Jose Joel Rios
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