sábado, 18 de julio de 2009

trono horizontal



Ya casi se me agota la paciencia-

el silencio cada vez
se me hace un calcinado letargo
y la hipocresía del mundo
son palomas azules que me lamen el pecho.

Ya mis ojos se hunden como ausentes,
y las uñas se deshidratan como un pacto;
en el pelo me nacen hebras de petunias aladas
!reptando por mí, adheridas a mí!
como sanguijuelas exhumando los líquidos de mis émbolos.

!No...!
no hay cabecera, ni casi pertenencias
creo que me he mudado al piso de abajo
donde solo existen:
un claustrofóbico cosmos
con un trono para un solo cuerpo,
un tapiz de madera que solapa mi inexistencia
y esa ausencia de eclécticas novedades.

No hay espejo,
ni cepillo de dientes,
solo un libro de extintas oraciones,
unas guirnaldas con fantasmas de coronas,
un traje de gala que envuelve esquirlas de pellejo,
una corbata ceñida
disimulando unas costuras que se pudren
-y un ventanal de arcilla que da al patio de arriba-

-Ah!... y no hay horizonte
- ¿Y porqué ahora para mirarlo todo
tengo que alzar la vista y
mis pies apuntan hacia la avenida ?

Chatanooga, Tenessee..

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece haberlo leído antes..(tuyo)pero con otro aire..
tal vez, pq empezaba a leerte.

Me sorprende el nuevo look de le pág., no se parece a ti..pero en lo musical, perfecto.

Gracias por leer mis sombras en estas noches de insomnio,mientras me contagio de avenidas...

Prometo volver a escribir..

Un abrazo.

Merci.

Jose Joel Rios dijo...

Gracias Merci, por tu visita y comentario. Lo cual es muy valioso para todo el que escribe. Eres bienvenida siempre.

Saludos

AnaR dijo...

Tiene un matíz de desidia o apatía este poema, que estremece.Es como si el yo fuera un moribundo,en vida.

Un abrazo